Los 4 mejores tipos de aceite para cocinar
El aceite de oliva para cocinar
En la dieta mediterránea el aceite de oliva para cocinar es el gran protagonista de
todos los platos. Igual lo usamos para freír un par de huevos que para aliñar una
ensalada en crudo o hacer una salsa.
No tiene las mismas propiedades nutricionales consumirlo en frio y al
natural que en caliente. Los estudios más recientes demuestran que todos los
aceites sufren un proceso acelerado de oxidación al calentarse por encima de los 180
grados centígrados, el cual provoca que desprendan sustancias en forma de gas
como los aldehídos y peróxidos lípidos. Estos, al ser inhalados, se asocian con
un mayor riesgo de sufrir cardiopatías o cáncer.
De las investigaciones realizadas en la Universidad de Montfort, en Leicester,
Inglaterra, se desprende que el aceite de oliva es el más adecuado para freír. Esto
es así porque presenta los índices más bajos en la emisión de estas sustancias
nocivas.
También es el más rico de los aceites ecológicos de origen vegetal en grasas
buenas para el organismo. Las grasas son la fuente principal de energía del
deportista. Se encargan de mantener las reservas para preservar el glucógeno y son
imprescindibles en el training de resistencia. En tanto el glucógeno es más
necesario en las pruebas de velocidad y fuerza.
El aceite de oliva presenta uno de los mayores índices de grasas insaturadas, un 83
% del total, que son beneficiosas para el organismo. Solo contiene un 13 % de
grasas saturadas.
Si lo comparamos, por ejemplo, con el aceite de coco, vemos que este es el aceite
con el índice más alto de grasas saturadas, con un 86 % del total.
Estas grasas buenas, además, te ayudan a reducir el colesterol y, por si fuera poco,
te aportan ácido oleico, polifenoles y vitamina E. Todo esto mejora tu sistema
cardiovascular y la actividad cerebral.
El aceite de colza
La colza es una semilla vegetal utilizada en la elaboración de aceite. Al igual que el
aceite de oliva, el de colza presenta unos niveles de grasas insaturadas de los más
altos. Más incluso que el propio aceite de oliva, ya que en su composición
encontramos un 28 % de polinsaturadas, un 63 % de monoinsaturadas y tan solo un
7 % de grasas saturadas.
Al igual que el aceite de oliva, presenta los niveles más bajos de emisión de
sustancias tóxicas al calentarse y, además, es rico en omega 3. Tanto que en su
variedad mejorada, conocida como aceite de cánola, presenta los índices más altos
en esta sustancia.
Tan solo la ingesta de 10 gramos de este aceite completa el 81 % de la dosis
necesaria de omega 3 en un adulto. También es elevado su contenido en ácido oleico
y vitamina E.
Todo esto podría hacer que te decantases, sin duda, por el mismo. Sin embargo, su
sabor neutro añade muy poco a los platos, tanto para consumir en crudo como en
caliente.
El aceite de coco
Como te hemos explicado más arriba, el aceite de coco presenta uno de los
contenidos más altos en grasas saturadas. Esto, en principio, puede resultar algo
contradictorio si pensamos en un aceite beneficioso para tu salud y tu actividad
deportiva.
Sin embargo, su alto contenido en ácidos grasos de cadena media hace que la
grasa se fije menos en el organismo. Además, acelera tu metabolismo
y es transformado en energía directamente en el hígado. Esto desencadena unos
procesos que conocemos como cetosis.
El conjunto de estas acciones tiene como resultado favorecer muy rápidamente la
pérdida de grasas. Uno de los primeros objetivos cuando tratamos de definir el
tono muscular y ponernos en forma.
Por otro lado, es uno de los aceites o grasas vegetales que mejor reacciona al
proceso de calor. Esto hace que sus emisiones tóxicas sean mucho más bajas y lo
convierten en un aceite muy indicado para freír.
El aceite de sésamo
Es uno de los aceites de semillas más adecuados para dar un toque de sabor a los
platos, sobre todo en crudo.
Tiene un elevado contenido en minerales como el zinc, calcio, hierro y magnesio.
También presenta unos altos índices de grasas saludables y antioxidantes, con altos
contenidos en omega 6, omega 9 y lecitina. Es una fuente natural de proteína
vegetal y fibra.
Los suplementos deportivos y complementos alimenticios tienen su base en todos
estos productos naturales. Los aceites y grasas son un componente vital de tu
alimentación y has de saber qué te aportan, teniendo en cuenta que puedes
alternarlos o mezclarlos.